9 de diciembre
San Juan Diego de Cuachtlatoatzin
Is 35, 1-10 Viene en persona, no temáis
Sencillo, con capacidad de admirar y percibir tu presencia divina, que me llega a través de María. Sencillo como el indio Juan Diego querría ser, Señor, para acogerte cuando vengas en persona a visitar mi vida, a entrar en lo que es tuyo para hacerme de una vez por toda lo que soy, santo e irreprochable en ti por el amor. María, en la advocación de Guadalupe, me sigue dando un ejemplo de fe para acogerte. ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?
¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? Con que sencillez me invitas a confiar en ti Madre.
Abrirte mi corazón es mi anhelo, dejarte vivir guiando mis pasos es lo que procuro, ya que eres la mejor Medianera.