26 de julio
Jueves XVI
Jr 2, 1-3.7-8.12-13 Grita y que te oiga todo Jerusalén
Grito y desbordo de gozo, porque me has vestido con un manto de triunfo, y me has adornado con las joyas de tu ternura y tu bondad, algazara nupcial, danza y ebriedad de amor, ya no me llamarán abandonada sino favorita, porque me desposas desde siempre y para siempre. Transformas mi pedernal en manantiales de agua, mi desierto en vergel fecundo, tú el oasis de mi existencia, el dátil jugoso donde liba mi heredad.
Todas las palabras de Jeremías las meto el mi corazón y las hago mias para mi Seños.