5 de abril
Sábado II de Pascua
Jn 6, 16-21 El lago se iba encrespando
Es de noche cerrada. Falta de claridad, falta de luz, oscuridad, densidad de las tinieblas. Una situación totalmente distinta a la de la Pascua. Sopla un viento fuerte, que no es el viento del Espíritu, sino el viento de la tribulación, en viento de la duda, el viento de la turbulencia, el que todo lo encrespa. Miedo sin ti, Señor, y miedo cuando apareces y , penando que eres un fantasma, no te reconocemos. Déjanos escuchar tu Palabra, “Soy yo, no temáis”.