28 de septiembre
Domingo XXVI
Filp 2, 1-11 Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús
Llega tu palabra a todo mi ser, a mi cabeza, a mi corazón, a mis tripas, a mi razón, a mis sentimientos, a mi visceralidad, y me mueve a ponerme delante de ti y pedirte que me hagas tuyo sin fisuras, que me unas a ti, a tu ser, a tu vivir, a tu muerte, a tu resurrección. Ya me has unido a ti, Señor, desde el inicio de mi vida; ahora te pido que me hagas tuyo, que me venzas, mi Dios y mi todo.
Me adentraste tanto en tu corazón que fuera no hallo consuelo
veo en ti
siento en ti
respiro en ti
y el mundo se me escapa y me arrastra hasta el fondo de tus sentidos