Anciana en espera

30 de diciembre
Octava de Navidad

Lc 2, 36-40 Sirviendo a Dios con ayunos y oraciones

Gracias, Señor, niño recién nacido, Salvador del mundo, porque te acercas a cada uno de los que se acercan a ti, con ayunos y oraciones, con la ofrenda de su amor, de su entrega, de su anhelo de ti. Te doy gracias hoy por todas las monjas y monjes contemplativos ancianos que han dedicado su vida a ti. Sigue poniendo tu música en sus entrañas, tu melodía divina en su alabanza.

12.30