5 de febrero
Martes IV
Hb 12, 1-4 Fijos los ojos en Jesús
Fijos los ojos del corazón en ti, Señor, que inicias y completas nuestra fe, sin el que nada de mi existiría, sin el que nada de mí permanecerá, sin el que no puedo comprenderme ni aceptarme bendecido en medio de la oscuridad de mi pecado. Fijos los ojos en Ti, Señor, con fe, con esperanza, con amor. Con amor. Mirándote, adorándote, contemplándote en el silencio profundo del amor verdadero. Sólo tú, Señor. Que en ti lo encuentre todo, lo espere todo, y sepa preferirte sobre todas las cosas. Por amor.
Sólo tu Señor
Te dice mi riada
En ti embebida
Ayúdame Señor, a no tener otra meta que no seas Tú.
Que todo mi ser se ponga en adoración.
Qué nunca rehuya tú mirada, ya que Ella me llena de Luz, Paz y me da la serenidad plena.
Tu mirada nos inunda transformando la muerte en vida