3 de febrero
Domingo IV
I Cor 12, 31-13,13 Sin límites
Así es el amor, desde el que tú has amado y continúas amando. Sin límites. Va más allá de todo. Trasciende. Supera cualquier tipo de compresión, de limitación que quiera imponerle el pensamiento o la experiencia. Así es tu amor, Señor, indescriptible, incomprensible, y sin embargo real y actual, al alcance de cualquier corazón que quiera ser alcanzado por la dicha de tu amor. Bendecido, restaurado. Sin límites.
Sí, así es el amor, paciente, afable, no es envidioso ni presumido, ni egoista, ni lleva cuenta del mal, goza con la verdad, disculpa, cree, espera, aguanta…
El amor no pone excusas, sonrie constantemente, perdona, olvida, renuncia, se sacrifica sin dolor, se entrega sin esperar nada a cambio, regala tiempo aún sin tenerlo, tiene paciencia aunque tenga prisa, se olvida de su cansansio para dar descanso…
Ese es el amor sin límites. Así es tu amor, Señor, y así procuro yo amar, haciendo del amor tu bendición, devolviendo a los demás lo que recibo de ti.
Desde tu carne
Abierta sin límites
Te recibimos
¡¡Sin límites!! Así debe ser nuestro amor. Tú Señor, no dejaste de dar tu Vida por Amor.
Todo lo que hacemos y no está inserto el Amor es vano. De nada me sirve todo lo que acumulo de conocimiento, si en ello no es el centro el Amor.¡¡ Quiero vivir amando a mis hermanos!!