20 de septiembre
Sábado XXIV
I Cor 15, 35-37 ¿Y cómo resucitan los muertos?
¿Qué clase de cuerpo traerán? Qué preguntas más imposibles de responder. Alcanzado por tu misterio, me disuelvo en tu amor, y en amor me dejas existiendo. Sin que sepa cómo. Sabiendo solo las maravillas de tu amor.

¿Y cómo resucitan los muertos?
Jamás me lo pregunto, ya que sé que Dios lo hace todo bien.
Mi único anhelo es tener la dicha de permanecer junto a Él.
En tus manos pongo mi vida Señor. Gracias.