30 de septiembre
Domingo XXVI
I Tim6, 11-16 Practica la justicia, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza
La exhortación de Pablo nos llega esta mañana de domingo. Practicar la justicia con el que más lo necesita y no ignorarle como el rico Epulón a Lázaro, practicar la fe, que es confianza en Dios, que sostiene nuestra vida, practicar el amor con la las notas de la paciencia y de la delicadeza, que todo lo pueden. Ponerme ante Ti, Señor, y pedirte que me hagas como tú, justo, lleno de confianza en el Padre, dador de amor y vida, paciente con los demás, con una delicadeza abierta a toda necesidad. Ser como Tú, Señor, al menos este domingo.
En las lecturas de hoy Dios nos hace pensar en los «pobres» que están a nuestro alrededor y practicar la justicia con ellos.
Epulón no vio a Lázaro a la puerta de su casa pedir limosna, no tenía tiempo de fijarse en él entre banquete y banquete. Hay muchos Lázaros cerca de nosotros que nos piden una sonrisa, una palabra, un rato de compañía, y yo pido hoy al Señor que me de ojos para verlos y riqueza para darles lo que piden.
El abismo inmenso que existe entre Lázaro y Epulón, es nuestro egoísmo, nuestra envidia…. Está en nosotros que ese abismo no exista.
Practicar la justicia, la piedad, la fe, etc… San Pablo nos dice lo que hay que hacer.