6 de marzo
Martes II cuaresma
Is 1, 10.16-20 Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve
Otra vez, Señor, el poder transformador, transfigurador, de la misericordia. El profeta lo enseña con una claridad meridiana: cuando cese de obrar mal, y obre bien; cuando busque el derecho, y beneficie al oprimido; cuando defienda al huérfano y proteja a la viuda, cuando no me cierre a mi propia carne, entonces me daré cuenta de tu presencia en mi vida, porque seré misericordioso como tú lo eres conmigo.
Mías son las fieras del campo, mío el orbe y cuanto lo puebla, mía tu alma y todos tus pensamientos, mío tu aliento y las obras que salen de tus manos. No me defraudes, date prisa en ayudarme.
Hoy tus palabras son de una misericordia inmenza.
Sólo me pide conversión, cambio radical de vida,
así obtendré tu Perdón. ¡¡Lo deseo Señor!!