Iluminados

30 de marzo
Miércoles IV

Is 49, 8-15 Venid a la luz

Báñame con tu luz, Señor, revísteme con tu rostro transfigurado; tu luz que disipa mis sombras, tu luz que aleja las tinieblas de la muerte, tu luz que despunta al despertar la aurora. Tu luz, don de tu misericordia, en este tiempo de cuaresma, con una humanidad tan envuelta en oscuridades.