29 de marzo
Lunes Santo
Jn 12, 1-11 Y la casa se llenó de la fragancia del perfume
Rompo mi alabastro para ti, Señor, y mi vida se derrama a tus pies. La fragancia de tu aroma, óleo santo con el que me ungiste en el bautismo, en la confirmación, en el orden sacerdotal, se extiende para ti desde mi vida, entregada, vertida, desde tu amor y para tu amor. Tuyo soy.