Voy de vuelo

14 de diciembre
San Juan de la Cruz

Sl 24 Tu ternura y tu misericordia son eternas

Mas ¿cómo perseveras, oh vida, no viviendo donde vives, y haciendo, porque mueras, las flechas que recibes, de lo que del amado en ti concibes? ¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste? Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos. ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados, formases de repente los ojos deseados, que tengo en mis entrañas dibujados!¡Apártalos, amado, que voy de vuelo!

Alegres

13 de diciembre
III domingo de adviento

Tes 5, 16-24 Estad siempre alegres, sed constantes en orar, dad gracias en toda ocasión

Todo va unido, Seños, si te estoy dando gracias en toda ocasión, soy constante en la oración, y si soy constante en la oración, en tu presencia, estoy alegre en lo más profundo de mi ser. sea lo que sea, te doy las gracias, te digo cada día en la oración. Dame un corazón agradecido, mantenme en tu amistad continua, dame la alegría que procede de ti.

Dichosas

12 de diciembre
Sábado II de adviento

Ecl 48, 1-4.9-11 Dichosos los que te vieron y se durmieron en el amor

Es a lo que aspiro cada día. A dormirme en tu amor. Mi cabeza recostada en tu pecho. A tu amparo. Y en la esperanza de que un día, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seré para siempre semejante a ti y cantaré eternamente tu alabanza, en la dicha sin fin.

Gusanilla

10 de diciembre
Jueves II de adviento

Is 41, 13-20 No temas, gusanillo de Jacob, oruga de Israel

Gusanillo, oruga…y comprendo tu ternura, la calidez de tu amor, tu cercanía de padre, tu misteriosa presencia como amado y como amante. Gracias. Señor.

Exhausta

9 de diciembre
Miércoles II de adviento

Is 40, 25-31 Fortalece a quien está cansado, acrecienta el vigor del exhausto

De nuevo, Señor, es esta semana, me dices que eres la fortaleza de quien está cansado, el vigor del exhausto. Y mientras leo esto y escribo esto, me viene el rostro de personas concretas que sufren la enfermedad, y de los que sufren a los enfermos. Sé tu su desanso, su vigor, su fortaleza. Por tu misericordia, Señor.

Inmaculada

8 de diciembre
Inmaculada Concepción

Lc 1, 26-38 Alégrate, llena de gracia, el señor está contigo

El corazón se me va siempre a esta frase, Señor, que es tu palabra al encuentro de María. Haciéndose carne en nuestra carne. Estás con Ella, y desde ella estás con nosotros y eres nuestra salvación. Gracias Señor, por el don de María. Como ella estamos todos llamados a ser santos e irreprochables en el amor.

No temas

7 de diciembre
Lunes II de adviento

Is 35, 1-10 Sed fuertes, no temáis

Te lo digo, Señor, en nombre de tantas rodillas vacilantes, de las manos débiles, con inquietud, sobre todo por causa de la enfermedad. Lo digo desde mi propia fragilidad. Y canto de nuevo el canon que en tantos momentos me acompaña: en mi debilidad me haces fuerte. No temas, no temamos, ¡he aquí nuestro Dios! Llega en persona y nos salvará.

Aquí estás

6 de diciembre
II domingo de adviento

Is 40, 1-5.9-11 Aquí está nuestro Dios

Aquí estás, Señor. Conmigo. En este momento en el que te escribo, en todo momento. Tú presencia, incluso en la ausencia, es fuente de vida para mí. Estás cerca, estás como un buen pastor, estás como luz, como salvación. Estás. Eres una realidad. Ayúdame a prepararte una camino, Señor.

Aquí

5 de diciembre
Sábado I de adviento

Mt 9,35-10,15.6-8 Proclamad que ha llegado el reino de los cielos

Alentemos la esperanza de que tú estás en medio de nosotros, dando a la humanidad tu belleza y tu bondad. Curando enfermos, resucitando muertos, limpiando leprosos, arrojando demonios. Seamos instrumento de tu misericordia. Lo que hemos recibido gratis, démoslo gratis.