2 de diciembre
Sábado XXXIV
Lc 21, 34-36 Estad despiertos en todo tiempo
Que no me emboten el corazón las inquietudes de la vida, que nada ni nadie me separe de ti, que nunca te separas de mí. Mantenme en pie ante ti, Señor, esperando tu venida, que renovará mi vida en tu amor y tu misericordia.