Ves

8 de junio
Jesucristo Sumo y Eterno sacerdote

Gn 22, 9-18 Abrahán llamó a aquél sitio el Señor ve

Tú ves, señor, el fondo de cada corazón, y sondeas mis entrañas. Como las de Abrahám, dispuesto a sacrificar su hijo, su único hijo, el hijo de la promesa. Como las de Jesús, en el huerto de los olivos, padeciendo una tristeza de muerte, pronto al sacrificio de su vida. Tú ves la vida puesta en tus manos, en confianza plena, con esperanza cierta, con amor entregado. Dame, Señor, una vida así: vista por ti, unido a Cristo, sumo y eterno sacerdote.