Arbol de vida

13 de septiembre
Sábado XXIII

Lc 6, 43-49 Cada árbol se conoce por sus frutos.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien. El tesoro de mi corazón eres tú. El fruto de mi árbol, cuando estoy unido a ti, que eres la vida, solo puede ser un racimo de bondad, verdad y dulzura. Transforma mi corazón, dame un corazón puro, que no lleve cuentas del mal, que perdone siempre, que disculpe siempre, que se olvide de sí, en Ti.

09.13