Octava de Pascua III

3 de abril
Miércoles Octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?

Ardía y arde mi en el recuerdo de tu voz magnífica, tu voz suave y perfumada, tu voz dulce y luminosa, tu voz potente, la voz que es tu Palabra, con la que hiciste todas las cosas, con la que transformas mi luto en danzas, mi desierto en vergel florido, mi oscuridad en claridad de tu presencia, mi tibieza en volcán enamorado. Arde mi corazón cuando me hablas en el silencio, y aunque no lo sepa, ni lo comprenda, se que tu hablar me arrulla y me embriaga, como el perfume del nardo.

04.03