En silencio

16 de marzo
Sábado IV de cuaresma

Is 11, 18-20 Y comprendí

Hasta de noche me instruyes internamente, en el sueño me das la comprensión profunda del ser y la nada, de la plenitud y el vacío donde mi vida adquiere consistencia liviana en Ti. Crezco y comprendo, disminuyo y me estrello ante el misterio. Tú, Dios, el más grande y el más pequeño; Tú, que creas el universo, cordero manso llevado al matadero, árbol talado en su lozanía. Tanta grandeza para tan poca entendederas. Solo tú abres mi mente, mis entrañas, mi corazón, y haces que comprenda lo incomprensible, deslizándome hacia Ti.

Déjame en silencio.


03.16