22 de marzo
IV domingo de cuaresma
Jn 3, 14-21 Tanto amó Dios al mundo
Dejarme mecer, Señor, por la sinfonía de tu amor, que va acariciando con una ternura entrañable, con una misericordia infinita, a toda la creación desde el mismo momento de su existencia. Tanto amaste al mundo, a cada uno de nosotros, a los que han sido, a los que somos, a los que serán, que nos enviaste a tu hijo único para que tengamos la vida eterna. Gracias, Señor.
40 días con los cuarenta últimos: Senegal