Transfiguración

17 de febrero
Domingo II de cuaresma
Mt 17, 1-9 Se transfiguró delante de ellos

A contemplar tu gloria, a eso estamos llamados. Tu gloria, tu rostro resplandeciente, tus vestidos blancos como la luz. Contemplarte a ti, Hijo amado y predilecto, en la montaña. Luego bajar al valle de lo cotidiano y tratar de contemplarte ahí, en lo concreto de cada día, preñado de buena noticia, de tu presencia alentadora, aunque a veces no sepa cómo. Ahí, en el silencio, en lo oculto, en lo invisible a los ojos, estás tú transfigurando la realidad. Dame ojos para verte.

Rezamos y nos hacemos solidarios de los habitantes de Somalia

Otsailak 17 Garizumako II asteko igandeaMt.17,1-9 Haien aurrean antzaldatu zen

Zure aintza ikustea gaude deituak. Zure aintza, zure aurpegi diztiratsua, argi bezelako zure jantziak. Zu begiratzera, Seme maitea eta kutuna, mendi tontorrean. Eta ondoren, landara jaitsi, egunerokoa, eta bertan ikusi, egunuroko gora-beheretan, berriona ausnartuz, zure presentzia arnastuz, naiz eta askotan asmatu ez. Horra-hor non zauden, isilean, ezkutuan, begiak ikusten ez duten errealitatean, Zu, dena antzaldatzen. Begi berri eta garbiak eman, Zu ikusteko!

Somalia biztanleen alde otoitz egiten dugu, eta beraiekin solidarizatzen gara.

Un comentario en “Transfiguración”

  1. Hemos subido del desierto a la montaña. Hemos pasado de las tentaciones a la transfiguración.
    Hoy recibimos un regalo del Señor, poder contemplar lo que nos reserva en la montaña, después de nuestro caminar por el desierto.
    ¡Señor, que hermoso es estar aquí!. ¡Señor, que bien se está aquí!, pero hay que bajar de la montaña porque abajo es donde tenemos que buscar la luz de su rostro, abajo es donde tenemos que trabajar para alcanzar su luz.
    La esperanza es hoy mi compañera, la esperanza de poder contemplar un día la luz y el rostro de Dios.

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