9 de septiembre
Lunes XIII
Col 1,24-2,3 Este misterio es Cristo, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y del conocer
Ante ti, Señor, mi silencio. Ante tu misterio, mi donación, la entrega de mi ser, mi deseo, el anhelo, la incapacidad de comprender las maravillas que haces en toda la tierra, haces andar al paralítico, eres la esperanza a la que me llamas, el tesoro por el que vendo todo, lleno de alegría, mi roca y mi salvación, mi descanso, mi paz. Que te comparta. Que salga de mis fronteras al horizonte que me abres.
Guarda tu corazón del mal y él acudirá a socorrerte
Nunca dudes