27 de junio
Lunes XIII
Mt 8, 18-22 Maestro, te seguiré donde vayas
Este es el deseo espontáneo, noble, directo, que brota del fondo del corazón, que se pone ante ti y te ofrece la vida, sin medir las consecuencias. Este acto de generosidad, tan hermoso, se encuentra con tu llamada a la radicalidad, con la primera cortaprisa: “las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Es verdad. Y quieren ser verdad mis palabras: “Maestro, te seguiré donde vayas”
Una sola vida contiene tu mensaje de Salvación.
Como Dios le prometió a Abraham, el Buén Pastor siempre saldrá a nuestro encuentro porque «El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia“ y no dejará que el justo perezca.
¡¡Seguirte Señor, fiarme de ti y hacer tu voluntad es mi deseo!!
Sé que cuento con tu gracia, a pesar de mis fallos.