26 de diciembre
San Esteban
Salmo 30 A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
A tus manos…en tus manos…es una oración que repito cada día, normalmente con las palabras del beato Carlos de Foucauld: “Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias”. En tus manos de niño que se abre a la vida; en tus manos de crucificado que se abren para abrazar a la humanidad; en tus manos de Padre, que todo lo acarician con tu amor; en las mismas manos que se puso Esteban, el primer mártir, unido en la vida y en la muerte a ti. Porque en tus manos, Señor, abandonado en ti, todo tiene sentido.
San Esteban protomártir, murió con las mismas palabras de Jesucristo.
A tus manos encomiendo mi espíritu, fortaleza, fe, pasión, heroísmo;
Por tu nombre dirígeme y guíame.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Oración de cabecera la del beato Carlos Foucauld. Oración para comenzar cada mañana y abandonarse a la voluntad del Señor.
En las manos del Señor se descansa, se vive. Él quiso nacer como un niño para sentirnos acariciados por la suavidad de su manitas. Él murió crucificado con las manos abiertas para que todos nos sintamos acogidos por ellas.
Me quedo con el final del comentario, «porque en tus manos, Señor, abandonado en ti, todo tiene sentido».