23 de septiembre
Lunes XXV
Lc 8, 16-18 Al que tiene se le dará
Y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. De desconcierto en desconcierto tu Palabra me lleva por la senda de la verdad, del ponerme ante lo incomprensible, ante lo irresoluble. Quedarme quieto, con la mirada en tus labios, pronunciando tu nombre, respirando con los latidos de tu corazón, a la espera que manifiestes lo que ya se y tengo: que tu eres mi tesoro sin fin.
Cruzar océanos,
derretir las nubes,
entrar en la lluvia,
en el barro,
árboles de la iluminación ,
pobreza centenaria.
Ahógame en tu mar,
vuélame en tu cielo,
mójame con tu torreste devastador,
entiérrame.
hazme raíz inserta en la realidad
tan escandalosamente pobre,
como tu.