14 de mayo
San Matías
Jn 15, 9-17 Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a su plenitud
Alegría y plenitud. ¿Cómo conjugo estas palabras en mi vida? Alegría frente a las tristezas cotidianas. Plenitud frente a las parcialidades que constituyen, tantas veces, los frágiles entramados de nuestra existencia. Jesús nos ofrece una alegría que, cuando llega a la plenitud en El, sustenta y cimienta nuestra vida. Alegría y plenitud, ponte ante ellas, ahora, y saca de dentro cómo se están realizando estas palabras en tu vida.
Estas palabras en mi vida suenan a consuelo. Me sirven de consuelo en los momentos malos y difíciles. Suenan a paz y tranquilidad, la paz y tranquilidad que necesito cada día, cada momento, para seguir caminando.
Yo tendré alegría cuando me sepa llenar del amor inmenso de Dios y sepa dar ese amor a los demás, entonces mi alegría llegará a la plenitud.