27 de enero
Viernes III
Sm 11,1 -4.5-10.13-17 Para que lo hieran y muera
Este es el gran pecado, Señor, del hombre según tu corazón: disponer la muerte de Urías, el hitita, el marido de su amante, embarazada por su pecado. Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia. Misericordia, Dios mío, por tu bondad. Es tu bondad el punto de referencia…lo que permite salir de nuestro pecado, y acceder a un corazón puro, regalo de tu amor.
Nuestros pecados Señor, siguen siendo por no tenerte a Ti.
Por no pensar en que Tú, nos esperas siempre.
Por no confiar en tú gran Misericordia, pese a nuestras debilidades, por grandes que sean.
La paz, la recobro siempre que me acerco al Sacramento de la Reconciliación. ¡¡Gracias Señor!!
Orgullo, codicia, deseo.
Querer, poseer, destruir.
Elementos de nuestra naturaleza que levantan un muro entre los dos que sólo el sufrimiento consigue derribar.