5 de mayo
Martes V de Pascua
Jn 14, 17-31 La paz os dejo, mi paz os doy
El don te tu paz. Haz de mi un instrumento de tu paz, en medio de este mundo lleno de guerras, de conflictos, de odios, de intereses bastardos, de corrupciones, de codicias, de explotaciones. hazme un instrumento de tu paz en medio de la violencia, del hambre, de los que tienen que abandonar sus casas perseguidos por su fe, sus opciones políticas, su raza, su..haz de mi un instrumento de tu paz ante quien se siente atribulado, ante quien está agitado, en tinieblas o en sombras de muerte. Tu Paz, señor, nos das. Tu Paz recibo. Que la transmita. Reina de la paz, ruega por mi.
Cuando te vayas seguiré esperándote
y aunque no vuelvas
seguiré amándote
Es tu frase, Señor. «La paz os dejo». Me dejas tu paz, me la deseas. Con esta frase me dices que somos nosotros los que tenemos que conservar esa paz que nos dejaste. Con nuestras manos y con nuestros actos somos los responsables de que esa paz permanezca y crezca.
Señor, necesito, quiero paz. Lucho por ella, trabajo por conseguirla. La paz que nos haga a todos iguales, la paz que permita que nadie tenga que huir de su tierra, la paz que quite los miedos, que no deje crecer el odio… Y para eso, Señor, aquí están mis manos, comenzaré por trabajar la paz en mi pequeño entorno. Ruega por mí.