La cierva

14 de abril
Lunes IV de Pascua

Salmo 41 Así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Como busca la cierva corrientes de agua así mi alma te busca a ti, Dios mío, tiene sed de Dios, del Dios vivo. Como ayer me regalas estas palabras de un salmo, tan repetidas, con las que tantas veces, te he manifestado mi deseo, te he mostrado mi anhelo, que solo haya descanso y consuelo den ti, al manifestártelo. Con este salmo te he pedido tu luz y tu verdad, para que ellas me guíen hacia ti. Que te de gracias con el son de mi vida, Dios, Dios mío.

Buen Pastor

13 de abril
IV domingo de pascua
Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta

Tantas veces leído, tantas veces repetido, alguna vez rezado, este salmo, Señor, me vuelca todo en ti como garante y protector de mi vida, como reparador y restaurador de mi existencia, como delicia de luz y remanso de paz, apaciguador en medio de las vicisitudes, tan corrientes y amenas, de la vida. Pastor, buen pastor, que me guía, me nutre y me garantiza bondad y misericordia todos los días de mi vida. Gracias Señor. Gracias que recito con el salmo.

Simón

12 de abril
Sábado III de Pascua
Jn 6, 61-70 Simón Pedro le contestó…

Déjame, Señor, decirte las palabras de Pedro: Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo consagrado por Dios. ¿A quién vamos a acudir, Señor, sino a ti, que admites que acudamos a otros que nos alejan de ti, que perdonas nos instalemos en circunstancias que no tienen que ver contigo, que escuchamos otras palabras que no proceden de tu boca? ¿Señor, a quién vamos a acudir?

Saulo

11 de abril
Viernes III de Pascua
Hechos 9, 1-20 Saulo…

…persigue a los que siguen el nuevo camino, los mete en la cárcel;  es envuelto, de pronto, por un relámpago, y cae a tierra; escucha una voz que le pregunta sobre su existencia y el mismo pregunta ¿quién eres Señor?; recibe un mandato, queda ciego, ayuna, espera…Así la conversión de Pablo nos da pistas sobre la conversión que tanto imploro…estar dispuesto, no negarte, Señor, que me des la oportunidad a pesar de tantos pesares de mi vida.

Pan de vida

10 de abril
Jueves III de Pascua
Jn 6, 44-22 Yo soy el pan de vida

En intimidad y en silencio contigo quiero repetir estas palabras, y reconocerte como pan y alimento de mi vida, y adorarte en lo más profundo de mis entrañas. En medio de las plazas y del mercado de la vida, donde has puesto tu tienda entre nosotros, quiero proclamar esta verdad que me alimenta y que me lleva a hacerla presente en el mundo. En medio de la pobreza y del hambre de pan y de ti quiero pedirte el pan de cada día, para los hambrientos, y comprometer mi vida en ello, contigo.

Difundir

9 de abril
Miércoles III de Pascua

Hechos 8, 1-8 Los prófugos iban difundiendo la buena noticia
Lo que  es un mal ( la persecución, el destierro, el ser despojado y vivir a la intemperie, desalojado, desapropiado) se convierte en una posibilidad, en una oportunidad para que otras personas, en otros lugares, conozcan el evangelio por la fuerza del testimonio de una vida perseguida. Y así, al ir de un lugar a otros, sin tener probablemente ni un lugar donde reclinar la cabeza, ni una madriguera, ni un nido, se difunde la Buena Noticia.  Y las ciudades se llenan de alegría.

Esteban

8 de abril
Martes III de Pascua
Hechos 7, 51-59 Se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y le apedrearon.

Es el destino de los que unidos a ti en la vida comparten la violencia de tu misma muerte. Esteban da testimonio de ti y lleno del Espíritu Santo proclama la verdad que tanto incomoda. Es sacado del recinto y de la comunidad, llevado a las afueras, y allí apedreado. Como respuesta encomienda a tus manos su espíritu, perdona a sus asesinos, y muere en tu paz. Vivir y morir como tú, con paz en la violencia.

Alimento que perdura

7 de abril
Lunes III de Pascua

Jn 6, 22-29 Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura

Es otra manera de decirnos, Señor, que no atesoremos tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma acaban con las riquezas que no se pueden guardar en el corazón, que no nos llevaremos a la tumba. Estamos llamados a perdurar en ti, con vida eterna, y solo el alimento que nos conduce hasta ella ( y no los afanes y ansiedades en las que gastamos la vida) puede saciar nuestro apetito existencial. Y, sin embargo, todavía no nos damos cuenta.

 

 

Con ellos

6 de abril
III domingo de pascua

 

Lc 24, 13-35 Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos.

Te acercas, Señor, hasta nuestro camino y te pones a caminar con nosotros. Me acompañas en todos los trayectos de mi vida, sean largos o cortos, me acerque o me aleje de ti, del acontecimiento de tu pascua. Tú siempre estás presente, acompañando, a veces silencioso, otras dando pie a que te narremos nuestra vida y lo que ha sucedido, para darnos en sentido de lo que vivimos. Siempre con nosotros, aunque nuestros ojos no sean capaces de reconocerte.

En la barca

5 de abril
Sábado II de Pascua

Jn 6, 16-21 El lago se iba encrespando

Es de noche cerrada. Falta de claridad, falta de luz, oscuridad, densidad de las tinieblas. Una situación totalmente distinta a la de la Pascua. Sopla un viento fuerte, que no es el viento del Espíritu, sino el viento de la tribulación, en viento de la duda, el viento de la turbulencia, el que todo lo encrespa. Miedo sin ti, Señor, y miedo cuando apareces y , penando que eres un fantasma, no te reconocemos. Déjanos escuchar tu Palabra, “Soy yo, no temáis”.