Dar testimonio

26 de noviembre
Miércoles XXXIV
Lc 21, 12-19 Así tendréis ocasión de dar testimonio

Así animas, Señor, a los que están en una situación de persecución por su fe, a los que persiguen por causa de la justicia, por causa tuya: así tendréis ocasión de dar testimonio. Me doy cuenta, sin embargo, que también estamos llamados cada uno de nosotros a dar testimonio,  en medio de un mundo que te rechaza, que te ignora, que te brinda la indiferencia. En nuestro mundo, en nuestra sociedad, sin ser perseguidos, al ser ignorados, tenemos la posibilidad de dar testimonio de Ti.

El engaño

25 de noviembre
Martes XXXIV

Lc 21, 5-11 Cuidado con que nadie os engañe.

Tienes razón, Señor, al advertirnos. Cuidado. El engaño está presente en nuestra sociedad que nos ofrece la felicidad en banalidades, en superficialidades, en el consumo, en ideologías que atentan contra la vida, contra el ser en plenitud. Engaños disfrazados, engaños larvados, engaños bajo apariencia de bien. Te pido que no me dejes caer en la tentación del engaño. Pero con más fuerza te pido que no me dejes engañarme a mi mismo. Que camine a la luz de tu verdad.

Alzar los ojos

24 de noviembre
Lunes XXXIV

Lc21, 1-14 Alzando Jesús los ojos vio….

Significa, Señor, que estabas sentado en el suelo, pues tuviste que elevar la mirada para ver al rico que echaba el donativo, a la viuda que echando dos reales echaba más que nadie. Tú, Dios, en el suelo, haciéndote pobre por nosotros, para invitarnos a compartir nuestras riquezas, lo que nos sobra, a dar generosamente en  nuestra pobreza, incluso aquello a lo que nos aferramos y creemos indispensable para vivir. Tú, Señor, invitándonos a la generosidad sin límites. Desde el suelo.

Venid

23 de noviembre

Cristo Rey del universo
Domingo XXXIV

 

Mt 25, 31-46 Venid vosotros….

 

Quiero oír, Señor, cada día, que me dices esta frase, que nos la dices personalmente, a cada uno, y también como miembros de una comunidad, que es tu Iglesia: Venid, benditos de mi padre, porque tuve hambre y me distéis de comer, sed y…Será la señal de que nuestro amor es verdadero, de que somos signos de tu amor en el mundo, de que somos tuyos pues quien ama es de Dios. Ayúdame a amar, y desvivirme, también por el el forastero, el que está desnudo, el enfermo, el que está prisionero. En ellos estás Tú.

 

 

 

   

 

 

Cántico nuevo

22 de noviembre
Santa Cecilia

Sal 143 Dios mío, te cantaré un cántico nuevo

El cántico de mi vida abierta a ti, renovada por ti, el canto de todo mi ser dispuesto a interpretar tu melodía, el canto que te alaba y ensalza tu gloria, porque eres mi bienhechor, mi alcázar, mi escudo y mi refugio. Por eso, Señor, te cantaré un cántico nuevo, y tocaré para ti el arpa de diez cuerdas, haciéndome música en tu presencia. Afíname Tú, Señor. Quita mis disonancias.

Presentación de María

21 de noviembre
La presentación de la Virgen
Sal 118 ¡Qué dulce al paladar tu promesa!

La promesa de salvar a tu pueblo, que se hace inminente con el nacimiento de María; la promesa de ser un Dios que camina con nosotros, que entra en nuestra historia, que se hace presente en nuestros caminos. La promesa que se hace presente en la pobreza y la debilidad de una Virgen, a la que todas las generaciones llamarán dichosa, porque el poderoso derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

La paz

20 de noviembre
Jueves XXXIII
Lc 19, 41-44 Si al menos comprendieras lo que conduce a la paz

Está claro tu reproche, Señor. No lo comprendemos, está escondido a nuestros ojos el camino que conduce a la paz. La Iglesia, el primer día de cada año, nos lo recuerda: la paz de pende de ti; la reconciliación, camino hacia la paz; si quieres paz defiende la vida; no a la violencia, sí a la paz; para lograr la paz, educa en la paz;  la verdad fuerza de la paz; si quieres la paz, respeta la libertad; la paz nace de un corazón nuevo; no hay paz sin justicia; desarrollo y solidaridad, caminos para la paz;  si quieres la paz sal al encuentro del pobre.
¿Cuál de estos lemas eliges tú?

Tenía miedo

19 de noviembre
Miércoles XXXIII

Lc 19, 11-28  Te tenía miedo, porque eres un hombre exigente

En la parábola de las onzas que el noble reparte entre sus empleados,  para que las negocien mientras está fuera, escuchamos esta frase en boca del que recibe una onza y no la ha puesto a producir. Te tenía miedo. El miedo que anula y que paraliza. El miedo que distancia y que esteriliza. El miedo que me aleja del amor. El miedo, Señor, que me separa de ti. “Por tu boca te condeno…” Que el amor venza al miedo en el día de hoy.

La mitad de mis bienes

18 de noviembre
Martes XXXIII

Lc 19, 1-10 La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres.

Jesús pasa y Zaqueo, hombre rico y bajo de estatura, se encuentra mirado por él, y requerido para que le hospede en su casa. Esta atención, esta mirada ( con la que siempre me miras a mi también, Señor) hace que Zaqueo diga la frase que no hace falta comentar. La salvación ha llegado a esta casa, por eso comparto mi riqueza, Señor,  es la verdad  y el amor de tu mirada el que me mueve a obrar.

Pasa Jesús

17 de noviembre
Lunes XXXIII

Lc 18, 35-43 Pasa Jesús Nazareno

Esto es lo que le explican al ciego que está sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Necesitado de alimento. Necesitado de sentido. Necesitado de amor. Necesidades de tantos y hombres y mujeres de nuestro mundo, de nuestra sociedad, que están deseando que alguien les explique “Pasa Jesús Nazareno”.  Que alguien les alcance a mostrar la Pascua, el paso de Jesús en medio de las muerte de su vida.¿Quieres ser tú?