Amas a todos

4 de noviembre
Domingo XXXI

Sb 11, 22-12,2 Te compadeces de todos, Señor, porque amas a todos los seres

Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en una balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra…pero Tú, en tu bondad infinita, te compadeces de todos y amas a todos. Y entrar en esta dinámica de amor admirable, que crea y recrea, me llena de gozo. Somos pequeños, y por pequeños grandes porque somos fruto de tu amor. Por ello en esta mañana de domingo de alabo, Señor.

 

 

Ultimo puesto

3 de noviembre
Sábado XXX
Lc 14, 1.7-11 Vete a sentarte en el último puesto

Hazlo por iniciativa propia, hazlo sin buscar ningún reconocimiento, hazlo con libertad y naturalidad, hazlo porque es lo que Jesús te dice hoy en el evangelio. Hazlo a pesar de la tendencia que todos tenemos a aparentar, a exigir que se nos considere, que se nos tenga en cuenta, que seamos significativos para quien manda, quien…cuánta energía perdida, cuántos desvelos, sin darnos cuenta que tú has muerto en la cruz, maldito, abandonado de todos.

Cuerpo glorioso

2 de noviembre
Conmemoración fieles difuntos

Flp 3, 20-21 El transformará nuestro cuerpo humilde en cuerpo glorioso como el suyo

Desde el bautismo estás transformándome en Ti, Señor, respetando mi libertad, dejándome responderte desde mi responsabilidad. Creo que encierras en mi el germen de tu cuerpo glorioso, pues me tienes unido a ti, pues habitas en mí, pues desde lo profundo de mi ser me estás llamando a abrirte todas las compuertas. Quiero creer, y por ti  creo, que esta unión será definitiva en el momento de la muerte, cuando te vea cara a cara, y me llenes de ti. Quiero creer, y creo, en la resurrección de los muertos. De los que mueren poco a poco cada día, de los que mueren siempre en ti. Somos en ti, somos tuyos. Y tú nos das la vida.

 

 

Todos los santos

1 de noviembre
Todos los santos
Mt 5, 1-12 Dichosos…

En algunos funerales que he celebrado recientemente he proclamado las bienaventuranzas: Dichosos. Convencido, sea cuan sea la vida que  estemos viviendo, que tú nos llamas a la bienaventuranza, a la felicidad, a ser santos entre tus santos, a vivir poseyendo tu reino, siendo consolados, heredando la tierra, siendo saciados por ti. Llamados a la dicha, aunque tantas veces no nos demos cuenta y vivamos como si no lo fuéramos. Hoy unidos en comunión con toda la santidad de la iglesia, la santidad de tantos hombres y mujeres que viven en lo sencillo y lo oculto, desde ti y tu evangelio. Gracias, Señor.
 

 

Debilidad

31 de octubre
Miércoles XXX

Rm 8, 26-30 El espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad

Partir de la debilidad, de la incapacidad, de la realidad de una vida que quiere y no sabe, que desea y no alcanza, que busca y no acaba de encontrar, ni de romper las cadenas que la atenazan. Comenzar reconociendo la fragilidad para dejar que tu Espíritu venga, y transforme,  y pida en nosotros lo que nos conviene, y me haga ver que todo sirve para el bien.

Creación expectante

30 de octubre
Martes XXX

Rm 8, 18-25 La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación

La creación, nos dice Pablo unos versículos más delante, está gimiendo toda ella con dolores de parto. La creación que está llenad de Ti, Dios mío, que es obra de tus manos y fruto de tu amor por las personas, te tu ser que se abre y se dona. La creación que desea manifestar lo que es, tu ser creador. La creación que gime de dolor mientras la destruimos, sobre todo en el primer mundo, y sin embargo encierra toda tu belleza, tu bondad, tu verdad. Y aguarda a manifestarla, con expectación.

Milagro de alegría

29 de octubre
Lunes XXX

Lc 13, 10-17 Toda la gente se alegraba de los milagros que hacía

Así termina el evangelio de hoy. Pero antes hemos visto la indignación del que respeta solo la ley porque Jesús cura en sábado, el bochorno de los enemigos de Jesús cuando les reprocha su legalismo, y la alegría de los que tienen un corazón dispuesto a acoger la salvación. Salvación que llega siempre en lo  más inesperado (una mujer que llevaba dieciocho años enferma) pero que nos hace reconocer que Dios actúa en nuestra vida. Es cuestión de mirar.

Publicano

28 de octubre
Domingo XXX
Lc 18, 9-14 ¡Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás!

Me cuesta reconocer que de lo más profundo de mi corazón, allí donde anidan los sentimientos que pretendo evitar, aparecen de vez en cuando, como plegaria a Dios, esta acción de gracias, que tiene mucho de orgullo, de soberbia, de amor de si, de vanagloria, de vanidad.  Sentirme mejor que los demás… Por eso te pido, Señor, que me vayas transformando en el publicano que solo sabe, en este evangelio, golpearse el pecho y decir la oración de Jesús: “Oh Dios, ten compasión de este pecador”

Hoy, en Roma, han sido beatificados cuatro religiosos marianistas, mártires. Damos gracias a Dios porque ha tenido compasión de ellos, les ha bendecido y ha derramado en ellos su misericordia.


 

Cavaré y abonaré

27 de octubre
Sábado XXIX
Lc 13, 1-9 Yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto.

No desistir, de entrada. Dar una nueva oportunidad a la higuera, a la persona que nos desespera, a la que no valoramos lo suficiente porque, a nuestro ojos, no realiza su cometido como debería, o no logra los objetivos propuestos…dar una nueva oportunidad en la que yo mismo me comprometo cavando alrededor, abonando y esperando, confiadamente, a que de fruto. Y el fruto vendrá, porque las personas cuidadas lo dan. Aunque no sea el que yo espero.

Signos de los tiempos

26 de octubre
Viernes XXIX
Lc 12, 54-59 ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?

Trato de contestarme a ésta pregunta. No se interpretar el presente porque no estoy atento a los signos de los tiempos; porque no pongo una mirada de fe en la realidad, dejando que ella me muestre lo que es, y no lo que yo quiero que sea; por no creer que todo es obra de tus manos, y que todo lo que sucede es gracia, y desde la gracia tengo que leerlo; por no darme cuenta que en todo momento estás tú escribiendo, a través nuestra, historia de salvación. Por eso, Señor, no se interpretar el tiempo presente. Y bien que lo siento. Y me quedo encerrado en el pequeño espacio de la incomprensión.