Tú…

3 de mayo
Felipe y Santiago

Jn 14, 6-14 Yo soy el camino, y la verdad y la vida

Gracias, Señor, porque hoy me regalas, de nuevo, esta verdad. Tú mi camino, mki verdad, mi vida. Tú la esperanza firme que me queda.

mi luz

2 de mayo
Viernes II de pascua

Salmo 26 El Señor es mi luz y mi salvación

Luz de tu resurrección. La luz de tu vida ofrecida. La luz en tu nacimiento. La luz cuando recibes el bautismo, la luz del espíritu sobre ti. La luz que transforma el agua en vino en Caná, donde comienza a manifestarse tu gloria, llena de luz. La luz del sermón del monte, donde nos invitas a vivir en tu bienaventuranza. Tu luz transfigurada. La luz de tu cuerpo entregado en la eucaristía. Tu luz, Señor, mi salvación.

José y María

1 de mayo
San José Obrero

Mt 13, 54-58 ¿no es el hijo del carpintero?

Hijo de José. Hijo de María. Así tú, Señor, en tu humanidad divina. Un padre carpintero. Trabajador. En la sencillez de cada día. Una madre llena de gracia. Que se alegra con las maravillas que Dios hace en ella, y las proclama. Ese mes de María comienza con José. Que toda nuestra vida sea alegría y júbilo. Como lo fue para José y María. Tus padres.

Te bendigo

30 de abril
Miércoles II de pascua

Salmo 33 Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre presente en mi boca; mi alma se gloría en el Señor, que los humildes lo escuchen y se alegren. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
No hay mejores palabas que tu Palabra, para acercarme hoy a ti como mi oración. Déjame radiante en tu luz, Señor.

Lámpara encendida

29 de abril
Santa Catalina de Siena

I Jn 1,5-2,2 Dios es luz

Tú eres luz. Y enciendes mi lámpara. Soy una lámpara encendida por ti. Cada día tu luz. Lo vivido iluminado por la claridad de tu presencia. Así es el nuevo libro, una especie de diario espiritual, que acabo de publicar: lámpara encendida. Para reconocer que todo en ti es luz, que me haces participar de tu luz.

Para los que estáis en Madrid el seis de junio, de cinco a siete, firmaré ejemplares en la feria del libro de El Retiro. Os espero.

renacer

28 de abril
Lunes II de pascua

Jn 3, 1-8 Tenéis que nacer de nuevo

Nacer de nuevo. Renacer. En ti. Comenzar la vida en el Espíritu, de otra manera. Convertirme. Volver al origen. En ti. Comprender el destino: en ti. Mientras tanto todo hacia ti, para ti. Cuesta. Sobre todo cuando uno es viejo y no entiende cómo puede nacer de nuevo. Para Dios no hay nada imposible. Escucho. Haz en mi , una vez más, maravillas.

Misericordia

27 de abril

II domingo de pascua

Jn 20, 19-31 Hemos visto al Señor

Junto a tu misericordia, que nos acompaña cada día, que celebramos de forma especial en este segundo de Pascua. Vivo entre nosotros. Vivificándonos. Con la fuerza de tu amor, de ese amor que sale de tu corazón y al mismo tiempo nos introduce en él. Gracias, Señor, por hacerte presente con tu misericordia. Por perdonarme, por perdonarnos, siempre. Por introducirnos en tu amor.

Id

26 de abril
Sábado octava de pascua

Mc 16, 9-15 Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación

Este es el mandato de tu pascua, la consecuencia del saberte vivo en mi vida, de experimentar tu fuerza transformadora, el tesoro de tu gracia: dar testimonio de ti, a todos, en toda ocasión, tiempo y espacio. Saberme enviado y testigo de tu resurrección.

El Señor

25 de abril
Viernes Octava de Pascua

Jn 21, 1-14 Es el Señor

Todo conduce, en estos días de la octava de Pascua, a reconocerte: es el Señor. Eres tú, muerto, y ahora resucitado. Eres tú, ausente, que te haces presente. Eres tú, que acompañas nuestro caminar, aunque no lo sepamos. Eres tú, que ofreces tu paz a nuestros corazones inquietos. Eres tú que sales al encuentro de quien te busca con corazón sincero, con anhelo de amor. Eres tú, que colmas de alegría nuestro ser con la claridad de tu gloria. Eres tú, el Señor.

Paz

24 de abril
Jueves Octava de Pascua

Lc 24, 35-48 Paz a vosotros

Una manera de entrar en el espíritu del Resucitado, en el pascual, es rezar la oración de san Francisco

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que yo no busque tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.