10 de marzo
Viernes I de cuaresma
Mt 5, 20-26 Si cuando vas a presentar tu ofrenda ante el altar
he aquí el misterio de la reconciliación al que nos llamas. Si cuando vas a presentar tu ofrenda ante el altar te acuerdas allí mismo que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Dame la lucidez para hacerlo, Señor, sin esperar nada a cambio.
Dame un corazón limpio
que no se ate al pasado ni sueñe con el futuro.
Tú que examinas cada día:
un segundo de bondad aparece ante tus ojos
mil años errantes son un paso equivocado
Dame un corazón puro
que acumule esperas
ansias
y anhelos de infinito