21 de febrero
Martes VII
Ecl 2, 1-11 Pégate a él y no te separes..
Cinturón en tu cintura. Piel en tu piel. Carne en tu carne. Ser en tu ser. Compañero en tu camino. No me separes, señor, de ti. Hazme crecer en tu confianza, en tu amor inamovible. Dame el amarte para llenar mi corazón con tu luz. Que la irradie. Que la muestre. Tan unido a ti, por tu misericordia, que solo el que me vea te vea a ti.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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Querido Nano, me pregunto si la última frase podría ser también así: que el que me vea te vea sólo a ti.