Un comentario en “Navidad III”

  1. Dulce Emmanuel, en la pequeña cueva donde María te depositó con ternura y delicadeza, abriste los ojos al mundo al que Dios Padre te envió. Y desde entonces Tú nos amas y acompañas en nuestro peregrinar y buscas a los humildes de corazón para que estén junto a Ti.

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