14 de junio
Salmo 15 El Señor es el lote de mi heredad y mi copa
Como un verso desprevenido, que emociona el alma y deja tiriritando los párpados que leen tanta belleza, la que desciende al corazón y hace crecer entregas silenciosas, así llegas Tú, amor discreto, esta mañana hasta mí. Tú lote de mi heredad, tú mi copa, bien cristalino que rebosa tu amor, y enternece mis desiertos. «Todo es de tan sencillo incomprensible, como visto por ojos de los ángeles».
Voy meditando tus palabras Señor.
Me has dejado repleta de todo lo necesario para ser feliz.
Siendo Tú, el lote de mi heredad, no necesito nada más, tú Gracia me basta.