12 de enero
Sábado después de epifanía
Jn 3, 22-30 El tiene que crecer y yo tengo que menguar.
¡Cuánta verdad! Con la certeza de que es la única posibilidad para que mi alegría esté colmada. Escuchar la voz del esposo que me pide menguar, y menguar. Alegrarme al ir desaparenciendo, para encontrar en ti mi ser de verdad.
Juan, nos deja una lección de humildad inmensa.
Nos acerca al Mesías, con una llaneza muy grande.
Ver en todo al Enviado y él se deja a un lado. Eso es ser de Dios.
Tu rostro buscaré Señor
y me saciarás de tu belleza
En ti desaparezco
Mi amor es nada ante tu mirada apasionada