13 de enero
El bautismo de Jesús
Lc 3, 15-16.21-22 Tú eres mi hijo, el amado, el predilecto
Me pongo en el corazón de Jesús para escuchar, desde las entrañas de la tierra, esta declaración de amor que haces a la humanidad en la carne de Cristo. “Tú eres mi hijo, el amado, mi predilecto”, y me siendo amado por ti, Padre del amor hermoso. Comprendo, de una manera misteriosa y oculta, que tu amor se derrama incesantemente sobre todos los seres, que tu predilección alcanza a las nubes. Bañado soy por las aguas de tu inmensa misericorida.
Dice la voz de Dios Padre: «Tú eres mi hijo, el amado, el predilecto». Y Jesucristo hace que esa manifestación se extienda a toda la humanidad y que nos sintamos amados y perdonados y nuestras limitaciones aceptadas. Sentirse amado…
Tu Palabra, nunca nos debe dejar indiferente.
Hoy, nos invitas a nosotros a ser tus hijos amados, ya que nos has incorporado en la vida de la Gracia por el bautismo.
Te agradezco ese gran Amor, mi deseo es corresponderte siempre.