15 de noviembre
Martes XXX
Lc 19, 1-10 Trataba de distinguir quién era Jesús
No solo quiero ver, Señor, como el ciego sino que quiero verte. Y si no tengo tu luz, ¿cómo distinguiré tu rostro en medio de las sombras? Y si no tengo tu luz, ¿cómo veré la realidad transfigurada en su ser real? Y si no soy en tu luz, ¿cómo seré en mis vacíos? Y si no soy en ti luz, ¿dónde estará mi claridad?
Es muy difícil sin fe, distinguir tu Rostro en la sombra.
Si yo no tengo Luz, mi vida es vacía, vana.
Si no soy en ti luz, de nada me sirve decir que te amo, que deseo serte fiel y darte a conocer a los demás.
Como Zaqueo, te invito a no salir de mi casa, para que me ayudes, guíes y des claridad .
Me impresiona que el señor siempre se quede en nuestra casa, el sabe que lo necesitamos, que consuelo es tenerlo con nosotros.