Lucha

10 de julio
Martes XIV semana
Gn 32, 22-32 Un hombre luchó con él hasta la aurora.

Tras la lucha en el torrente Yaboc Jacob sale bendecido, fortalecido y cojo, pues su contrincante, ¿Dios mismo?, le ha paralizado un tendón.  “He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo”.
Así, en tantas luchas contigo, Señor, en tantas noches, en tantos momentos de cuerpo a cuerpo con tu misterio, me paralizas, me dejas cojo, y al mismo tiempo me bendices y me haces ver tu rostro. Y quedo, para siempre, marcado por ti. Inexplicablemente.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.