5 de septiembre
Miércoles XXII
Lc 4, 38-44 Los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban
Jesús, Señor y dador de vida, que reciben como un don precioso los que están enfermos, que son llevados hasta ti con esperanza por sus familiares y amigos. Signo de tu presencia salvadora es que los ciegos ven, los cojos andan, los…hoy somos tu presencia misericordiosa en el mundo de la enfermedad. Ayúdanos a acompañar, a estar presentes, a consolar y confortar en tu nombre. A visitar a los enfermos, para encontrarte a ti salvándonos de nuestras enfermedades.