10 de marzo
IV domingo de cuaresma
Salmo 33 Gustad y ved qué bueno es el Señor
Te doy gracias, Señor, por tanto bien recibido, por tu bondad, por tu lealtad. Todos los poros de mi ser se sacian del sabor de tu hermosura, de tu belleza, de tu bondad, de tu verdad. Tu sabor es nuevo, delicioso, sabroso como los torrentes de manan sin cesar y transparentan las nieves derretidas de las alturas. Todo Tú te haces abrazo de misericordia, aroma de ternero cebado, de fiesta reconciliada. Olvidadas quedan las algarrobas de mi pecado, vuelvo a ti.
Fuego que incendia
me sabe tu hermosura
Reconciliada