9 de junio
Lunes X
Mt 5, 1-12 Dichosos….
Dichosos y felices. Tú y yo. ¿Por qué? ¿Puedo encontrar un motivo de dicha en medio de la pobreza de espíritu, en medio del llanto que se haya presente en mi vida, en los sufrimientos que se hacen tan presentes en lo cotidiano? ¿Puedo se dichoso en lo pequeño, en lo cotidiano, en lo real de cada día? ¿Puedo decir que existe la dicha como fondo profundo y abismal en mi vida, sin que le afecten las turbulencias de la superficie? ¿Puedo decir, Señor, que tu pones en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino?