9 de octubre
Sábado XXVII
Lc 11, 27-28 Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron
Bendita sea tu madre, Señor, porque te llevó en su vientre, porque te dio su pecho muy sabroso, porque guardó el misterio de tu vida en su corazón, porque estuvo firme l pié e la cruz, porque estalló de gozo en tu resurrección, porque recibió tu espíritu en medio de la comunidad, porque está contigo por toda la eternidad, porque escuchó tu palabra y la encarnó en su vida.