13 de enero
Jueves I
Hb 3, 7-14 No endurezcáis el corazón
Escuchar tu voz debe hacer que nuestro corazón se vuelva un corazón de carne, en vez de un corazón de piedra. Tu voz, tu Palabra, que nos llama a salir de nuestro propio querer e interés para seguirte. Tu voz que nos invita a entregar nuestra vida por amor, a abandonar los egoísmos de todo género que anidan en nuestro corazón, petrificándolo. Ayúdanos, Señor.
Señor, empapa mi corazón con tu Palabra,. Borra todo rencor, soberbia y mis faltas de humildad.
Sin tu ayuda no se avanza.¡¡Ablanda mi corazón Señor!!