12 de enero
Miércoles I
Mc 1, 29-30 Se levantó de madrugada, se marchó al descampado, se puso a orar
Gracias, Señor Jesús, por tantos hombres y mujeres que se levantan de madrugada y se ponen a orar por tu Iglesia, por la sociedad, por la paz, por los enfermos, por los marginados, por los que sufren ,por los que son perseguidos, por todas nuestras necesidades. Te piden, te bendicen, te alaban, te dan gracias. Gracias especialmente por los monjes y monjas de clausura que, en sus monasterios, son el pulmón de la Iglesia.
Me uno a la acción de gracias, por esa labor tan callada,pero fructífera.
Ruego al Señor nos siga mandando hombres y mujeres con ese espíritu de entrega solidaria.
¡¡Manda Señor, operarios a tu míes!!
Creo que tiene mucho valor la oracion de la gente que nos quiere y que lo hace de una forma gratuita y desde el fondo de su corazon. GRACIAS a todos