6 de octubre
San Bruno
Lc 11, 5-13 Buscad y hallaréis
Tu rostro busco, señor, no me escondas tu rostro, tu rostro en el silencio de la tierra, tu rostro en la arena sin sal, tu rostro a la orilla del mar, tu rostro en la noche, al clarear el nuevo día, tu rostro en el hermano que está solo y desamparado, tu rostro quieto, sereno, crucificado, resucitado. Tu rostro que se acerca y recrea mi ser.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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¿Cómo podré acompañarte si mi soledad está llena de ruido?