8 de julio
Lunes XIV
Os 2, 16-18 Yo la persuado. La llevo al desierto, la hablaré al corazón
Y escuchando tu voz, tan adentro, me desposaste contigo en misericordia y ternura, en fidelidad. Gracias por el don de la vocación, de tu llamada, por todo lo que he recibido de ti. Gracias porque me sigues llamando cada día, y aunque a trancas y barrancas te respondo, tú estás siempre conmigo.