12 de diciembre
III Domingo de Adviento
Santiago 5, 7-10 Tened paciencia, hermanos
Tened paciencia, una paciencia activa, una paciencia que se asienta en Ti, Señor, en la inminencia de tu llegada. Dame la paciencia del labrador, que aguarda paciente el fruto de la tierra.
Nada te turbe, nada te espante, la paciencia todo lo alcanza, solo Dios basta.
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del señor. Tened paciencia. Manteneos firmes, porque el Señor está cerca.
¡¡Hoy Señor, me animas a tener paciencia!! ¡¡Cuántas veces la pierdo!! Pero intentaré ser paciente, esperar contra toda esperanza, ser perceptible a tu mensaje. Aquí estoy Señor para lo que me quieras.