21 de junio
Jueves XI
Mt 6, 7-15 Cuando recéis no uséis muchas palabras
No usar muchas palabras, abandonar mi palabrería. Abrirme, en todo caso, a tu Palabra, para decir lo que tú mismo me dices. Decirte a ti, Señor Jesús, llamarte por tu nombre, que salva. Pedir misericordia, porque soy un pecador. Llevar ante ti el dolor y la miseria de la humanidad. Quedar en silencio. Contemplar. Dejarte actuar, dejar que vayas convirtiendo mi corazón a Ti.
No quiero usar muchas palabras para dirigirme al Padre.
Solamente llevar a mi boca la palabra «PADRE» ya es rezar, porque Él sabe lo que me hace falta antes de pedirlo.
Luego silencio, abandono, ponerle delante mi pobreza, mis miserias y contemplar su misericordia.
El final del Evangelio de hoy me hace rezar: Señor perdóname y ayúdame a perdonar.
Hoy la invitación la propuesta, me deja callada…cierro mis ojos,y me dejo enseñar por ti, te imagino y como Pedro dire: Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te quiero, tu conoces mi corazón…Padre nuestro que estás en el cielo…perdona mis ofensas…