14 de abril
sábado octava de pascua
Mc 16, 9-15 Ellos, al oirle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron
¿Cómo se sentiría María Magdalena ante la incredulidad de los suyos? Ella, llena de contento, rebosando felicidad, colmada de alegría por haber visto al Señor, por haber escuchado su nombre en la boca del maestro, por hacer recibido el mandato de anunciar, ha ido corriendo y el anuncio brota de su corazón: El Señor ha resucitado, le he visto. No la creen. Quizá porque era mujer, quizá porque andaba enamorada, quizá…la tomaron por loca.
Anunciar y que nadie haga caso. Desde el principio.